Juan Mari Sagredo, un todo terreno disfrutando de la montaña
Luis Maria Núñez Urrezola
Le tocó nacer en el barrio Izaskun, un lugar rodeado por distintas montañas en la periferia de Tolosa. Los juegos en su corta edad eran en el barrio y sus aledaños. Cuando salía con los amigos al primer, segundo y tercer bosque, el camino comunicaba con las paradas de San Blas, lugar muy conocido por todos los chavales del barrio Izaskun. «Yo siempre iba con mi cámara de chocolate», comenta Juan Mari Sagredo, que ha recorrido el mundo por su afición a la montaña.
Entre los 7 y 15 años participó con otros niños en las salidas en autobús los fines de semana a distintas montañas, que organizaban el Alpino y el Oargi para los niños. Unas veces salían de acampada y en otras participaban en marchas reguladas y salidas montañeras, todas de la mano de Pepi Gorostidi, alma mater. «Con 17 años ya iba de travesía con mis hermanos mayores y otros amigos como Mitxel, Mendieta, etcétera. Para mí, mi historia en el monte ha sido muy importante, porque a partir de los 18 años, hice unos cursillos de escalada en Etxarte y en Etxauri y poco a poco fui cogiendo experiencia en paredes pequeñas y siguiendo los pasos de mis hermanos Iñaki y Luis Mari».
-¿Cuándo se escala se siente miedo?
-No, yo no he tenido miedo nunca, porque sabía los riesgos que hay. Siempre he sido en la montaña una persona seria y me he dedicado a lo que iba. La escalada siempre ha sido segura y hoy en día más.
-¿Qué herramienta utilizabais en aquellos tiempos para escalar?
-En mis primeros tiempos la escalada era artificial, se utilizaban escaleras y estribos. Las escaleras según se iba subiendo se movían hasta el siguiente punto y continuabas para arriba. Íbamos escalando poco a poco y con mucho esfuerzo llegábamos a las cimas.
-¿Cómo viajaban para llegar a esos lugares?
-Hubo una época que se organizaban las salidas en autobuses, pero poco a poco las personas fueron cambiando de hábitos y llegó un momento que tuvieron que juntarse varios clubs como Aizkardi y Euskalduna para atraer a los montañeros y así se conseguía que se inscribieran a veces 20, 30 o 40 personas. Pero poco a poco ha ido disminuyendo y llego el día que, en una salida, me encontré con tres personas, y conmigo cuatro, en la salida.
-¿Cómo eran las clavijas de antaño?
-Las clavijas eran de hierro y en muchos de los casos las hacíamos nosotros mismos. En la actualidad las clavijas son distintas tienen un muelle que las metes en las hendiduras y se sujetan muy fuerte. Se llaman fisureros. La escalada ha cambiado totalmente, hoy en día todo es físico y sobre todo mucha técnica y fuerza. Los montes más asequibles que he escalado han sido en los Alpes, el Mont Blanc, el Cervino, el Palas, el monte Rosa, etc.
-¿Las cuerdas que grosor tienen que tener?
-La mayoría de las cuerdas tienen un grosor entre 10 y 12 milímetros. Con las cuerdas hay que tener mucho cuidado, dependiendo cuantas veces las utilices, te pueden durar alrededor de cuatro años. En mi caso, yo siempre he llevado mis propias cuerdas.
-También has hecho carreras de montaña.
-Si, con 23 años decidí entrar en la Federación de Montaña. Hacia las veces de organizador junto con el resto en distintos eventos. Cuando podía hacia mis pinitos por esos caminos del mundo. En mi haber tengo cinco Ehunmilak y dos Ultra Trail de Mont Blanc (UTMB). Recuerdo en una de las carreras cuando pasé por un alto a 1.400 metros, me encontré con varios corredores que estaban tumbados en el brezo y pensé que hacía mucho frío para estar quieto. Cuando participaba en las carreras mi intención no era otra que terminar la prueba.
-Eres el presidente del Oargi, ¿qué proyectos tenéis en la actualidad?
-En la actualidad hay mucha gente joven en la sociedad, hemos hablado con ellos y tenemos un proyecto para hacer un nuevo rocódromo en una de las salas de la sociedad y vamos a invertir entre 20 y 30.000 mil euros. Los jóvenes están contentos y una vez finalizadas las obras, podrán ir escalando y a su vez sacando vías para luego llevarlas a cabo en las montañas a las que vayan.
-Cuéntame, para finalizar, una anécdota.
-Intente en varias ocasiones participar en la prueba de Aizkorri, pero por lo visto si no tienes patrocinador y cierto caché, es difícil. En mi caso no pude conseguirlo.