Itziar Ibarbia: «Disfruto haciendo carreras de 10 km. que termino en 40 minutos»
Itziar Ibarbia participa en pocas carreras, pero el año pasado subió al podio en casi todas
Amaia Núñez Yarza
Aunque siempre le ha gustado el monte, Itziar Ibarbia no había sido «nunca» deportista. Hace alrededor de cinco años comenzó a participar en carreras populares y el año pasado logró subirse al podio en casi todas, en unas en la clasificación general y en otras como veterana.
Ibarbia se empezó a «enganchar» a las carreras una vez que tuvo a sus dos hijos. «De pequeña no he sido nunca así, deportista. Todo lo contrario. Siempre me ha gustado el monte y cuanto tuve a los hijos empecé a andar bastante en el monte. Hice algunas carreras de monte, pocas, porque exige mucho tiempo de preparación», por lo que lo dejó de lado, también por lesiones.
Unos años más tarde comenzó a correr en asfalto. «Empecé como hace unos cinco o seis años. Corrí unas cuantas carreras y yo misma me quedé sorprendida de lo bien que me salía», recuerda. Pero, de nuevo, por lesiones volvió a dejarlo.
Posteriormente, cuando su hermana enfermó comenzó a subir a Hernio. «Hice una promesa de que iba a subir cien veces y al final terminé subiendo en un año 150 veces. Fue el año que murió, hace ahora tres años, de noviembre a noviembre». En esa época, Itziar Ibarbia no salía del monte, «hasta que me caí bajando de Hernio con un resbalón, me rompí la muñeca y dije ‘no más monte’, y volví al asfalto». Desde entonces ha cogido más en serio las carreras y entrena tres o cuatro veces por semana.
Normalmente participa en carreras de alrededor de diez kilómetros, aunque también ha salido en la Behobia. «Ahora disfruto haciendo esas carreras de 10 kilómetros que las termino en 40 minutos. Con la Behobia me quedé a gusto y creo que distancias más largas que esas son demasiado, aunque en el monte ya he hecho».
Los entrenamientos los organiza ella misma. «Normalmente corro unos 10 kilómetros en carretera y, a veces, en el gimnasio, en cinta. Depende de la carrera que esté preparando». En este sentido, Ibarbia participa en una decena de pruebas anualmente. «No me gusta salir en muchas carreras, porque suelo estar muy nerviosa. No es más que correr, pero me exijo demasiado, suelo estar con mucha presión y lo paso mal».
Aun así, admite que en estos momentos está entrenando «más en serio», «el año pasado sí que ha sido, digamos, mi año. A todas las carreras que iba lo daba todo y siembre hacía podium. A veces en la general, otras en veteranos. Todas las carreras me han salido bien. Hasta la Behobia hice un tiempo bueno: 1:22’23”, la séptima veterana». Uno de sus sueños era lograr una txapela, «siempre decía que no iba a dejar de correr hasta que me pusieran una txapela en la cabeza». Y lo consiguió el año pasado, al ganar la Josetxo Imaz de Beasain.
Aunque son pocas las pruebas en las que participa, ya tiene más o menos pensado el calendario para este año: en marzo tiene previsto participar en la Lilaton, donde el año pasado hizo tercera, y la Udaberriko Krossa de Donostia; y a partir de septiembre, intentará estar en la carrera popular de Berrobi, Las Tres Playas y la Behobia. «Las que más me gustan son las de Idiazabal y Lasarte, pero la de Berrobi también es muy especial para mí, porque soy de ahí y recibo muchos ánimos. Y la Behobia es especial porque hay un montón de gente que casi te llevan con sus ánimos», explica.
La alimentación también la regula ella y evita tomar suplementos como geles y barritas. «Soy mucho de potaje y verduras. La víspera intento comer pasta, que dicen que es bueno y a la mañana desayuno normal. Mi cuerpo no está acostumbrado a geles e igual me sientan mal. Solamente llevé un gel en la Behobia, y a partir del kilómetro 10 fui tomando un poquito, para evitar calambres».