Joaquín Urio Velázquez: «Los árbitros de hoy en día no tienen personalidad»
Joaquín Urio Velázquez > Árbitro retirado
Amaia Núñez Yarza
Aunque lleve más de dos décadas fuera de los campos, Joaquín Urio Velázquez es uno de los árbitros más recordados. Durante su trayectoria recibió numerosos premios y reconocimientos como el Pito de Plata y el Premio Urra.
-¿Cómo empezaste en el mundo del arbitraje?
-Como casi todos los chavales jóvenes empecé jugando al fútbol. Yo vivía en Martutene, que es un barrio de Donosti, y empecé jugando al fútbol en los campeonatos de los barrios y todo esto. Luego empecé jugando en la playa, en San Sebastian. Además, me vinieron a buscar, un equipo de allí a ver si quería jugar. Concretamente era el Hamaikak bat. En el Hamaika bat empecé, y me vinieron a buscar los de la Real Sociedad y empecé a jugar con los juveniles de la Real Sociedad. Luego en la Real no seguí. Hacen una selección, a mí no me cogieron, y entonces empecé a jugar en equipos de regional. Estaba jugando en equipos de regional y en Martutene, donde vivía, se organizaba un campeonato de gente aficionada. Arbitraban árbitros federados. Un día, por alguna circunstancia, no vinieron y me dijeron que arbitrase yo. Lo debí hacer bastante bien, los de la organización eran conocidos, gente de mi edad que llevaba el campeonato. Me dijo si quería seguir arbitrando, y seguí arbitrando en el campeonato.
–¿Cómo te animaste a federarte?
-En el barrio había un árbitro que entonces estaba en segunda división, que era García Jaime. El hombre me dijo a ver si quería entrar al Colegio de Árbitros. Fui con el y me presenté al Colegio de Árbitros, y ya me hice federado. Como todos los chavales que entran al Colegio, empecé arbitrando juveniles, luego de Tercera, luego de Segunda y de Primera.
-¿Con cuántos años entraste en el Colegio?
-Cuando entré en el colegio tendría 18 años o así. Subí en el 81 a Primera, estuve 15 temporadas en Primera División, y luego cinco en segunda y en tercera no sé las que estuve.
-La carrera fue meteórica.
-Sí, bastante. Dentro de lo que era el arbitraje entonces, ahora es diferente totalmente, porque con 31 años estaba en Primera División. Cualquiera no subía entonces. Cuando subías a Primera tenías 40. Fui un privilegiado en ese sentido, porque en aquella época para esa edad era difícil estar en Primera.
-También fuiste internacional.
-Sí, también fui cinco años internacional. Simplemente cambia que puedes arbitrar en Europa y en otros sitios, porque he estado arbitrando en Honduras, en un partido clasificatorio para el Mundial de Estados Unidos. Ya dependes de FIFA, cuando es mundial, y de UEFA cuando es en Europa. Y entonces eres un árbitro FIFA, como bien claramente dice, cuando ves un árbitro internacional pone Referee FIFA. Lo demás es arbitrar, unas veces en Europa y otras veces aquí, en el campeonato estatal.
-Te toco arbitrar algún derbi, que a todos los árbitros gusta.
-Un montón. Por eso puedo presumir y, a veces presumo, de ser uno de los árbitros que más derbis ha pitado. Es decir, Barcelona-Madrid y viceversa.
-Y luego, cuando sales al campo, al ser los equipos tan fuertes, ¿se siente presión, has estado nervioso alguna vez?
-En absoluto. Una vez de que sales al campo ya estás acostumbrado después de tantos años.
-¿Qué tipo de entrenamientos solías llevar?
-En la época nuestra no había nada. No había ningún libro específico. Ahora hay veinte mil libros, tienen cada uno su preparador físico, y tienen el ordenador 24 horas abierto en el comité de árbitros para hacer cualquier consulta. Tienen todas las ventajas, les dan el tipo de comidas que pueden comer, les dicen de todo, como un profesional cualquiera. Yo iba a Siete Caminos a correr, o a Berazubi, y nada más. No había nada específico, entonces, eso es lo que hacíamos: ir a Berazubi a correr, estiramientos y para casa.
-Cómo ves el arbitraje hoy en día.
-El arbitraje ha cambiado un montón. Me parece muy bien lo que hacen, la preparación física… ahora ya sabes que son muy delgaditos. No se puede decir aquello era mejor o era peor. Lo que sí veo, para mí, es que les falta personalidad. Todos los arbitrajes son iguales. Antes cada uno teníamos nuestra personalidad. Entonces, el presidente de los árbitros decía ‘para este partido es interesante este. Para este partido es interesante el otro’. Se podía confundir, igual que todos, pero cada uno teníamos nuestra personalidad. Por lo demás, no se puede decir, técnicamente, ha cambiado el reglamento y ha cambiado todo.
-¿Tu eres partidario de hablar con el jugador?
-Yo soy partidario de hablar lo justo y necesario. Lo que no me parece bien es que cada vez que pita el árbitro parece que hay una asamblea. Pita, le rodean siete u ocho… El árbitro no tiene que dar explicaciones de por qué ha pitado esa falta. Porque tu no le pides al jugador cuando comete un error explicaciones. Los jueces de línea como los tratan… por eso digo que falta personalidad. Ahí sí que me pongo negro cuando veo esas cosas. Eso no puede ser.
-Alguna anécdota que te haya pasado.
-De los campos yo creo que he salido en todo menos en helicóptero, con la guardia civil, con la policía armada… Me acuerdo en Santander, como estaba toda la gente esperándonos, y entonces me metieron en un coche, que era el del delegado. El mío se lo llevaron a las afueras, y cuando fuimos en coche iban dos motoristas delante del coche nuestro y cuando salí del coche me dijeron ‘así no sale ni el Rey’.