Nuevos hallazgos para la historia de Tolosa
Se aclara un poco más la respuesta al interrogante del ‘vacío arqueológico’
Amaia Núñez Yarza
En el libro de la prehistoria guipuzcoana hay un vacío en las páginas del vale del Oria, pero esto puede cambiar con los descubrimientos realizados por Xabier Agirre. Aficionado a la arqueología desde jóven, «obsesionado» con el vacío arqueológico que ha predominado y admitido entre los historiadores, ha centrado su búsqueda en los enterramientos funerarios de Tolosaldea, donde ha localizado el que podrían ser los primeros campos tumulares de la comarca.
En mitad de dos poblados de la Edad del Hierro como son el de Intxur, en Albiztur y Tolosa, y Basagain, en Anoeta, se sitúan los campos tumulares de Altzustaberri con un monolito, y el túmulo y el monolito de Berrano, ambos en terrenos de los caseríos que les dan nombre. «Sabemos la época a la que pertenecen por asimilación. En épocas anteriores como el neolítico y la Edad del Bronce, hace 4.000-5.000 años, los enterramientos eran en dólmenes y túmulos donde se iban depositando los cuerpos», explica Agirre y añade que «en la Edad del Hierro, hace 2.500-3.000 años, no se enterraba el cuerpo, si no que se incineraba y depositaban las cenizas». Estos últimos eran individuales, con un túmulo mucho más pequeño. Hasta ahora, aunque sí se habían encontrado poblados de la época en el valle, no se habían localizado zonas de enterramientos.
En Altzustaberri, Xabier Agirre ha localizado dos campos tumulares, uno con tres túmulos y un monolito o zutarri, y el otro en un promontorio con doce túmulos. Asimismo, cuenta con otro campo tumular cercano con otra docena de enterramientos, aunque algunos bastante deteriorados.
La mayoría de los túmulos localizados tienen desde dos metros y medio de diametro hasta cinco metros. «Han prevalecido en el tiempo porque es una zona con mucho afloramiento de roca madre. En zonas de alrededor ya me han comentado que han pasado el arado para darle la vuelta a la tierra, así que es posible que algunos se hayan perdido».
Los informes con toda la información están publicados en la web www.euskal-herria.org y también depositó una copia en el Ayuntamiento de Tolosa, «porque todo esto es patrimonio de los tolosarras en particular y de todos los ciudadanos en general, independientemente de la titularidad privada de los terrenos, y debe ser preservado», aclara.
«Siempre se ha pensado que entre Basagain e Intxur hay un vacío. Es posible que en estos campos tumulares esté la clave», incide Agirre. Desde Altzustaberri se domina el valle del Oria y tiene casi enfrente el poblado de Basagain y al fondo se vislumbra el de Buruntza, en Andoain. Basagain lleva 25 campañas de excavación con la dirección de Xabier Peñalver y ha resultado de lo más fructífero, donde se ha extraído material material e información más abundante que en Intxur que con sus 10 hectáreas es cinco veces mayor que el de Anoeta.
Tolosa hasta ahora no contaba más que con el dólmen de Añi en Bedaio, justo en la muga y que por eso es compartido con Gaztelu y Lizartza. Ahora se abre una nueva línea de estudio para definir un poco más la vida de hace 3.000 años en Tolosa.