Salvar vidas del mar
Hace 145 años se fundó la Sociedad Humanitaria de Salvamentos Marítimos de Guipúzcoa
Amaia Núñez Yarza
Hoy en día cualquier accidente en el mar está lleno de peligro para quien sufre el percance y también para quien tiene que ir a socorrerlo. Pero hace dos siglos, los marineros poco podían hacer si les ocurría algo mar adentro, sobre todo en casos de temporal. El apoyo mutuo es una de las características de los pescadores y marinos para salvar vidas en el mar, que intentaban de alguna manera ayudar a los compañeros o a las familias. Durante siglos, fueron ellos mismos quienes se organizaban de forma voluntaria para rescatar a los náufragos, pese a que los recursos eran mínimos.
El 20 de abril de 1878 se produjo la galerna que se conoce como la Galerna del Sábado de Gloria, por suceder en ese día de la Semana Santa. Fue una de las galernas más mortíferas que se recuerdan, pues al no haber tampoco partes meteorológicos en la época, los marineros tenían poco margen de maniobra. Quienes estaban más cerca de la costa pudieron llegar a puerto, pero no tuvieron esa suerte los que se encontraban más lejos. Murieron un total de 322 pescadores, 190 vizcaínos y guipuzcoanos y 132 cántabros. El suceso conmovió a la sociedad de la época y, en respuesta, se pusieron en marcha varias iniciativas, entre las que se encuentran Sociedades de Salvamento en el Mar. Al año siguiente, en 1879, se fundó la Sociedad Humanitaria de Salvamentos Marítimos de Guipúzcoa. Cinco años más tarde llegaría la de Bizkaia.
En aquellos primeros años de salvamento, «cuando un pesquero rescataba a los náufragos de otro, se le concedía al patrón la Medalla de Plata o de Bronce de la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos», relatan Ana Benito y Javier Mazpule, fundadores de Arkeolur. En mayo realizarán una exposición titulada ‘La memoria de naufragios’ dentro del Festival Marítimo de Pasaia que se va a celebrar del 9 al 12 de mayo.
Las medallas y recompensas que pudieran lograr de poco servían si para ello tenían que poner en riesgo su vida. Así, también idearon un sistema de rescate, llamado andarivel. Se utilizaba para realizar salvamentos desde tierra, en casos de naufragios y barcos encallados cerca de la costa. Utilizaba un sistema de poleas y era algo parecido a una tirolina con la que echaban al mar una canastilla con flotador con la que recoger a los marineros en peligro. Su efectividad llegaba hasta los 400 metros.
Las asociaciones de salvamento marítimo se fueron extendiendo y en 1919 se creó la primera estación de salvamento de náufragos, que se ubicó en el faro de Arriluze en Getxo. Actualmente el edificio no tiene función de faro, pero continúa siendo la sede de la Cruz Roja de salvamento marítimo.
La primera lancha salvavidas de la provincia fue la ‘Guipuzcoa’ y desde entonces todas las lanchas de salvamento marítimo de la provincia han llevado el mismo nombre. La primera comenzó a utilizarse en 1908 y fue sustituida por la segunda generación en 1926. Esta barca estuvo en funcionamiento hasta 1971.
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